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“Respetando el tiempo y sus procesos, dos factores clave para obtener un verdadero producto.”

En Guardià Calçots entendemos el lenguaje de nuestras tierras, les aportamos todo lo que necesitan en cualquier momento y seguimos sus ciclos durante todo el año. Y así lo hacemos:
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De enero hasta mediados de abril

 

¡Es temporada de calçots! Es decir, de disfrutar de las buenas calçotades! Las brasas de nuestras instalaciones no paran, como tampoco lo hace la venta de nuestros calçots crudos.

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De mediados de abril hasta junio

 

Mientras la tierra reposa, el equipo de El Guardià Calçots disfrutamos de un merecido descanso.

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De julio hasta el 15 de agosto

 

Cosechamos el cereal y preparamos la tierra para poder plantar los calçots.

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Del 15 de agosto hasta el 25 de agosto

 

Plantamos la cebolla de los calçots.

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Septiembre

 

Regamos las fincas de los calçots y esperamos que comiencen a brotar los primeros calçots.

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De octubre hasta finales de noviembre

 

Mayoritariamente los calçots ya han salido y comienza el proceso de calzar para que la parte más carnosa, la blanca, la que se come, se alargue. ¡Proceso que se repite hasta 3 veces! ¿El hashtag sería #CalzandoCalçots?

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Principios de diciembre

 

Preparamos todas las instalaciones para poder empezar temporada...

¡Qué ganas!

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De principios de diciembre
hasta enero

 

¡Ya tenemos todos los motores a punto! Pre calentamiento de la temporada y ya empezamos a recoger los primeros calçots, que se cosechan mediante la cuña tradicional. Es un proceso laborioso y dedicado, ya que el proceso de cosecha no acaba en el campo, sino en el almacén donde se organizan los calçots en diferentes manojos.

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